El pasado día 23 de marzo, los alumnos de 4º ESO y Bachillerato realizaron dos interesantes visitas a dos importantes museos que exiben sus respectivas colecciones de objetos valiosísimos en Madrid. Acompañados de forma muy didáctica y divertida por los profesores David y Jennifer (Economía e Inglés) todos los alumnos asistentes a estos dos recorridos se enriquecieron culturalmente de forma notable. |
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El Museo Casa de la Moneda está considerado como uno de los museos más importantes del mundo en su género. La riqueza de sus colecciones, sus extensas instalaciones y el desarrollo científico en el ámbito de la investigación y la cultura que desde aquí se genera, hacen del Museo un lugar único desde el que conocer el universo y la historia del dinero desde sus orígenes. |
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La primera peseta en España (época de la República) tras el derrocamiento de Isabel II |
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Por otro lado, la exposición itinerante del Museo Estatal de Auschwitz, convertido en el símbolo inequívoco de los horrores cometidos por la Alemania nazi, sus restos e historia sirven hoy como advertencia universal de los peligros derivados del odio, la intolerancia y el antisemitismo y nos confrontan, asimismo, con los límites de la barbarie humana. Por primera vez en la historia, más de 600 objetos originales se exponen en la primera exposición coproducida por Musealia y el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau; un emotivo y riguroso recorrido por uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad que, sin duda, removerá la conciencia de los que la visitan. |
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Licencia de apertura ordinaria sin obras en locales de 201 a 300 m²: lo que no te cuentan
Licencia de apertura ordinaria sin obras en locales de 201 a 300 m²: lo que no te cuentan.
Seamos serios. En España, montar un negocio no empieza con abrir la persiana. Empieza antes, mucho antes. Empieza con un café frío en el despacho de algún técnico, una carpeta de papeles bajo el brazo y una pregunta flotando en el aire: “¿Puedo abrir sin hacer obras?” Y ahí, amigo mío, comienza la verdadera aventura. Porque no se trata solo de tener ilusión y ganas, sino de conocer el entramado legal, los matices administrativos, y esa letra pequeña que siempre muerde.
Hay quien cree que basta con no tirar un tabique para librarse del calvario. Ingenuos. El hecho de que no haya martillos de por medio no significa que todo sea un paseo por la Castellana. Hoy vamos a contarte, como debe contarse, lo que hay detrás de ese trámite de licencia de apertura ordinaria sin obras para locales entre 201 y 300 metros cuadrados. Porque lo sencillo, en este país, no siempre es lo más simple.
Las actividades calificadas son esas que, por su propia naturaleza, pueden afectar a vecinos, medioambiente o salud pública. Hablamos de bares, restaurantes, talleres, clínicas, lavanderías industriales... Todo aquello que hace ruido, genera residuos o simplemente molesta a alguien.
Y aquí viene la primera clave: aunque no hagas obras, si tu actividad entra dentro de las calificadas, la cosa cambia. La administración se lo toma en serio. Muy en serio. No basta con levantar la persiana y sonreír.
Si el local tiene más de 200 m², entra en un territorio donde las exigencias son mayores. Hasta los 200 m² uno puede moverse con relativa libertad, pero a partir de ahí, el reglamento se vuelve más estricto, más técnico, más inquisitivo. Es como si el Ayuntamiento se calzara las gafas de lupa y te revisara cada rincón.
No hablamos solo de superficie, hablamos de responsabilidad. Más espacio implica más aforo, más impacto, más medidas de seguridad. Y por eso, aunque no toques una baldosa, necesitas un proyecto técnico visado.
Aquí entra en juego una de las joyas del sistema: el proyecto técnico. Este documento, elaborado por un ingeniero o arquitecto colegiado, debe detallar absolutamente todo: desde el tipo de actividad hasta la instalación eléctrica, pasando por la ventilación, los baños y la accesibilidad.
Y es justo aquí donde colocamos la palabra mágica: proyecto de apertura de local. Porque sin él, querido lector, no hay licencia que valga. Puedes tener el local más bonito del barrio, con el suelo recién fregado y la caja registradora lista, pero sin ese documento, te comes los mocos.
El proyecto debe ajustarse al reglamento técnico, incluir planos a escala, memoria descriptiva, estudio acústico y cumplir con la normativa autonómica y municipal. Una auténtica biblia burocrática.
La confusión más habitual está en pensar que, al no haber obras, todo es más sencillo. Pero no es así. En este país, a veces lo invisible pesa más que lo visible. Si tu actividad es calificada y el local tiene más de 200 m², entras en el mundo de la licencia de apertura ordinaria, que exige revisión técnica, documentación sellada y paciencia infinita.
Porque el Ayuntamiento no te va a dar luz verde con un simple “todo en orden”. Va a revisar, contrastar, pedir subsanaciones y, a veces, incluso retrasar el proceso por una coma mal puesta.
Aquí entra el profesional técnico. Un arquitecto o ingeniero que no solo redacte el proyecto, sino que entienda los códigos, las ordenanzas y los pasillos de la administración. Ese que sabe cuándo presentar un certificado de compatibilidad urbanística o cómo defender un cálculo de aforo.
Además, será el encargado de firmar el certificado final, una suerte de bendición técnica que acredita que todo está en regla. Sin ese sello, el Ayuntamiento no da su aprobación.
¿Crees que todo esto se resuelve en una semana? Error. Los plazos dependen del municipio, de la carga de trabajo del departamento técnico y de tu pericia (o la de tu técnico) para presentar todo correcto a la primera.
Coste del proyecto técnico: depende del profesional, pero oscila entre los 1.200€ y los 2.500€, dependiendo de la complejidad y superficie del local.
Tasas municipales: cada Ayuntamiento fija las suyas, pero no esperes menos de 300€ a 600€.
Tiempo medio de resolución: entre 1 y 3 meses, si todo va bien.
Otro error común. Que el local haya sido usado antes para una actividad similar no te exime del proceso. A lo sumo, te facilita algunos puntos, pero el proyecto técnico sigue siendo necesario. Porque no se trata de lo que fue, sino de lo que será.
Querido lector, si pensabas que abrir un local sin hacer obras era cosa fácil, ahora sabes que no. La normativa española no perdona y la administración nunca duerme. Por eso, si estás pensando en montar un negocio en un local de más de 200 m², sin meter una sola radial, hazlo bien.
Acude a un profesional, prepara tu proyecto de apertura de local, cumple con los requisitos y evita disgustos. Porque en este país, más vale licencia en mano que multa volando.
Y si alguien te dice que “eso se hace en dos días”, ya sabes que miente como un bellaco.