25 N ¿Por qué este día internacional? Debido a que:
La campaña "16 días de activismo contra la violencia de género" comienza el 25 de noviembre, Día de Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y termina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Esta campaña tiene como objetivo llamar a la acción para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo. El IES Tierras de Abadengo y el Colegio Liminares, de Lumbrales, realizan conjuntamente cada curso escolar diversas actividades con sus alumnos/as, entre otras: lecturas, comentarios, debates, encuestas, sembrado de plantas, carteles-murales y otras, para concienciar a toda la Comunidad Escolar y colaborar de forma efectiva en la eliminación de esta lacra de la sociedad actual. |
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Cuando se trata de transportar mercancías por carretera, la prevención de incendios no es un detalle menor. De hecho, llevar extintores adecuados en los vehículos de transporte es una exigencia legal regulada por diversas normativas, tanto nacionales como internacionales. Este equipamiento no solo previene situaciones críticas, sino que también protege la integridad del conductor, la carga y los demás usuarios de la vía.
Hoy sabrás qué exige la normativa actual respecto al uso de extintores en vehículos industriales, diferenciando entre el transporte general y el de mercancías peligrosas.
Según el Reglamento General de Vehículos y la normativa de instalaciones de protección contra incendios (RIPCI), cualquier vehículo dedicado al transporte de mercancías con una masa máxima autorizada (MMA) superior a 3.500 kg está obligado a llevar extintores homologados.
✅ Ser portátiles y de funcionamiento manual.
✅ Contener agente extintor en polvo ABC, eficaz ante fuegos sólidos, líquidos inflamables y gases.
✅ Estar fabricados y certificados conforme al Reglamento de Aparatos a Presión y al RIPCI.
La cantidad y capacidad del extintor requerido depende del peso del vehículo:
📌 Importante: Desde la publicación de la Orden PRE/52/2010, los vehículos con MMA inferior a 3.500 kg están exentos de llevar extintor, salvo que transporten mercancía peligrosa.
El transporte de productos clasificados como peligrosos está regulado por el Acuerdo ADR, un tratado europeo que establece medidas específicas de seguridad. La última actualización de esta normativa, ADR 2025, refuerza las exigencias en cuanto a protección contra incendios.
✅ Extintores adaptados a fuegos tipo A, B y C.
✅ Polvo seco o agente extintor equivalente.
✅ Homologación conforme al ADR y al RIPCI.
🔹 Casos especiales: Para transportes con exención parcial según el apartado 1.1.3.6 del ADR, basta con llevar un extintor de 2 kg.
🔸 Nota: Si el vehículo dispone de sistemas automáticos de extinción (por ejemplo, en el compartimento del motor), no es obligatorio que el extintor portátil cubra ese tipo de fuegos.
No basta con tener un extintor en la cabina. La normativa exige que los dispositivos estén en perfecto estado y listos para usar:
🔧 Revisiones técnicas periódicas según lo establecido por el RIPCI.
🏷️ Etiquetas visibles con fecha de la última inspección y próxima revisión.
🔒 Precinto intacto para garantizar que no ha sido utilizado.
☑️ Marcado CE o indicación de conformidad normativa.
🚛 Instalación en un lugar visible, accesible y protegido de condiciones extremas.
No cumplir con estas exigencias puede acarrear consecuencias legales y económicas:
❌ Multas por parte de las autoridades competentes.
❌ Inmovilización del vehículo.
❌ Pérdida de la licencia para transportar mercancías.
Para evitar problemas y garantizar la seguridad en carretera, te recomendamos lo siguiente:
✔️ Comprobar la MMA del camión y llevar el extintor adecuado.
✔️ Elegir siempre extintores homologados.
✔️ Realizar las revisiones periódicas obligatorias.
✔️ Colocar el extintor en un lugar accesible y señalizado.
✔️ Formar al personal en el uso correcto de extintores.
✔️ Estar al día de cualquier cambio en la legislación aplicable.
Llevar extintores en camiones de transporte no es solo una obligación legal, sino una medida esencial para la seguridad vial y la protección de vidas y bienes. Tanto si transportas mercancía general como peligrosa, debes conocer y cumplir con los requisitos técnicos, de cantidad y de mantenimiento establecidos por la normativa.
En Mundo Extintores te ayudamos a elegir el extintor adecuado para tu flota. Si necesitas asesoramiento personalizado o renovar tu equipamiento, no dudes en contactar con nosotros. 🚛🔥
Por qué el acero necesita protección: guía definitiva para el ignifugado de estructuras metálicas.
No se engañe. El acero también tiene su talón de Aquiles. No importa cuán sólido luzca a simple vista, ni lo bien que aguante cargas o tensiones. Cuando el fuego entra en escena, el metal claudica. Y lo hace sin contemplaciones. La temperatura sube, el tiempo corre y lo que antes era soporte se convierte en riesgo. De ahí que el ignifugado de estructuras metálicas no sea un capricho técnico, sino una exigencia con nombre, apellidos y consecuencias.
En esta materia, como en tantas otras, llegar tarde es no llegar. Es en la previsión donde reside la seguridad. Y sí, hablaremos de normas, de productos y de métodos, pero ante todo, hablaremos de responsabilidad.
Ignifugar significa dotar a los materiales de una resistencia efectiva al fuego, mediante la aplicación de productos o técnicas que ralentizan o detienen su deterioro estructural en situaciones extremas. Es un tratamiento especializado, orientado a salvaguardar la integridad de la edificación y a proporcionar un margen de maniobra vital ante un siniestro.
En estructuras de hormigón puede haber cierto margen. En madera, el comportamiento es predecible. Pero en el acero, cuando el calor supera los 500 °C, la resistencia se desploma. Y a 1.100 °C, el colapso es cuestión de minutos. Por eso, ignifugar no es una opción: es un seguro de vida.
No es cine de catástrofes, es realidad. El acero, aunque no arde, transmite calor con rapidez. Esa conducción térmica provoca que las cargas se redistribuyan de forma inestable, lo que puede derivar en un fallo generalizado del sistema portante.
Además, el fuego rara vez se presenta solo. Las altas temperaturas suelen venir acompañadas de impactos térmicos, gases tóxicos y colapsos parciales. Si la estructura no está preparada, se convierte en un canal directo hacia la tragedia.
Es ahí donde entra en juego el ignifugado de estructuras metálicas, y con él, la diferencia entre un incidente contenido o un desastre absoluto.
No existe una única receta. Cada estructura exige un tratamiento específico. Pero, en líneas generales, los sistemas más eficaces son:
Pinturas intumescentes: reaccionan al calor generando una espuma aislante que incrementa su volumen y protege el acero del contacto directo con el fuego. Son discretas, limpias y muy versátiles.
Morteros ignífugos proyectados: forman un recubrimiento espeso que actúa como escudo térmico. Suelen aplicarse en naves industriales o entornos de alto riesgo.
Paneles prefabricados de protección: envuelven la estructura y ofrecen una barrera física frente al calor. Su instalación es rápida y aporta también ventajas acústicas y mecánicas.
Sea cual sea el método, ignifugar exige cálculo técnico, experiencia y cumplimiento normativo. Aquí no valen atajos ni improvisaciones.
La clave está en el momento. Ignifugar antes de la ocupación, durante la fase de obra, reduce riesgos y costes. Además, permite una aplicación uniforme, sin interferencias, y con acceso completo a los elementos portantes.
Para que el proceso sea eficaz, se deben considerar varios factores:
Uso del edificio (industrial, residencial, logístico, público).
Altura de la edificación y carga estructural.
Duración requerida de resistencia al fuego (R-15, R-60, R-120, etc.).
Normativas autonómicas y estatales que afecten a la protección pasiva.
El ignifugado de estructuras metálicas debe estar siempre respaldado por certificados de ensayo, fichas técnicas y protocolos de control de calidad.
En un sistema global de seguridad contra incendios, la ignifugación estructura metálica ocupa un lugar estratégico. No es suficiente con tener alarmas, detectores o rociadores automáticos. Es necesario que la propia estructura aguante, que no ceda antes de que las personas puedan evacuar o los servicios de emergencia actúen.
Además, la ignifugación contribuye a:
Evitar el colapso progresivo del edificio.
Limitar la propagación de fuego a otras áreas.
Facilitar el trabajo de los bomberos.
Reducir las indemnizaciones por daños.
En definitiva, protege la vida y el patrimonio con eficacia silenciosa.
El marco normativo no es ambiguo. El Código Técnico de la Edificación (CTE), a través del Documento Básico SI (Seguridad en caso de incendio), establece exigencias claras respecto a la resistencia al fuego de elementos estructurales.
Según el tipo de actividad y el volumen del edificio, la resistencia puede oscilar entre 15 y 180 minutos. El cumplimiento de estos requisitos no es negociable: se trata de una obligación legal y técnica.
Además, la inspección periódica del estado del ignifugado forma parte de la documentación exigida por muchas aseguradoras y entidades reguladoras.
Ignifugar no es un coste, es una inversión. Entre las principales ventajas, destacan:
Incrementa la seguridad integral del inmueble.
Evita sanciones administrativas y paralizaciones.
Facilita la aprobación de licencias y seguros.
Revaloriza el activo inmobiliario.
Refuerza la reputación de la empresa o promotor.
Y lo más importante: salva vidas. Porque el fuego no avisa, pero deja huella. Y esa huella se mide en segundos, en fallos y en ausencias.
No espere a que sea tarde. La prevención es la única defensa real contra un incendio. Si su estructura es metálica y aún no ha sido tratada, el momento de actuar es ahora.
Consulte con técnicos cualificados, exija materiales certificados y supervise todo el proceso. Porque cuando se trata de seguridad, la única negligencia imperdonable es no hacer nada.