Laura Vicente Amador, recogió su diploma de participación en la fase Nacional de la Olimpiada de Química. El acto de entrega de premios se celebró en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, el 17 de abril. Laura estuvo acompañada por su profesora Dª Montserrat González Crespo, a quien agradecemos, desde aquí, su implicación y participación.
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Amigos míos, hoy les traigo una auténtica joya de acero y memoria histórica: y es que… te imaginas poder comprar la espada de Maximiliano I con su vaina. Una réplica, sí, pero no una cualquiera… estamos hablando de una pieza con empaque, con presencia, con alma. De esas que uno no cuelga en cualquier pared, sino en un lugar con solera, con historia… con respeto.
Inspirada en la espada que empuñó el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en la batalla de Guinegate —año del Señor de 1513, ni más ni menos—, esta maravilla no es solo un pedazo de hierro. Es una declaración. Un grito de nobleza templado al fuego.
La empuñadura, señores, es de hueso. No de plástico ni de esos materiales modernos que se parten con la mirada. No, de hueso. Y va rematada con una guarda de latón que parece sacada de un códice iluminado. El pomo, en forma de disco, impone. Y la vaina… ¡ay, la vaina! Forrada en cuero y con detalles en latón, es como ese abrigo que no tapa, sino que viste.
La hoja, por supuesto, es de acero de alto carbono. Forjada como manda la tradición: resistente, firme, seria. No es un juguete. Son 95 centímetros de longitud total, con 78,5 de hoja pura, dura y equilibrada. Pesa lo suyo —1.500 gramos con la vaina puesta—, lo justo para que se note que llevas algo importante, pero sin romperse el brazo al alzarla en una recreación medieval o al enseñarla al cuñado en Nochebuena.
En definitiva, la espada de las espadas con historia, con porte y con categoría. Una de esas piezas que hablan sin abrir la boca. Y que uno, si pudiera, colgaría justo al lado de la chimenea, entre el Quijote y un buen vino.
Y por si fuera poco, se puede personalizar: bodas, comuniones, premios, regalos para esos amigos que ya tienen de todo menos una espada imperial... Un detalle que no se olvida fácilmente.
Y si te estás preguntando dónde puedes conseguir semejante maravilla, la respuesta es fácil: en Zetan Medieval, tu tienda de espadas y artículos medievales de confianza. Ahí, entre cotas de malla, escudos, y estandartes, encontrarás esta y otras piezas dignas de emperadores. Una tienda medieval que, como esta espada, tiene carácter y mucha historia.