TERESA RODRÍGUEZ BENITO, alumna de 2º de Bachillerato del IES Tierras de Abadengo, fue seleccionada el pasado curso 2012-2013, para el programa de Becas Europa.
Becas Europa es una iniciativa única dentro del panorama preuniversitario europeo financiado por Banco de Santander, a través de su División Global Santander Universidades y organizado por la Universidad Francisco de Vitoria.
El objetivo del programa es promover, en los alumnos preuniversitarios más talentosos de España, un conocimiento profundo y comprometido de lo que significa ser universitario en la Europa actual. Así es como Banco de Santander y la Universidad Francisco de Vitoria quieren premiar y potenciar el talento de los alumnos más brillantes de España en su etapa preuniversitaria.
"Nuestro objetivo: premiar y potenciar el talento de los mejores alumnos preuniversitarios de España"
Durante veinte días, aproximadamente, los 50 seleccionados emprenden un viaje por las más antiguas y prestigiosas universidades europeas y participarán en un intenso programa de conferencias, grupos de discusión, talleres prácticos, momentos de ocio y encuentros con personalidades de primerísimo nivel, procedentes del mundo universitario, cultural, político, empresarial y mediático. Un programa que junto con la tutoría integral de un selecto equipo de formadores académicos proporciona a los becados las herramientas necesarias para ejercer un activo liderazgo, tanto en su vida académica como profesional.
Esperamos sinceramente que TERESA consiga una de esas preciadas 50 plazas.
¡SE LO MERECE!
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Pasaban apenas unos minutos de las nueve de la noche, el 23 de junio, cuando en el bar Alejandría, en el barrio Cerro Gordo de Badajoz, Lucía Guardiola encendió la freidora. Unos clientes habían pedido cena y la cocina arrancaba la jornada con normalidad. Pero todo cambió en segundos.
—“De repente el fuego empezó a subir. Intentamos apagarlo, pero fue imposible. La campana absorbió el humo y las llamas, se cortó la luz, y el techo comenzó a venirse abajo. Salimos corriendo mientras todo ardía”, cuenta Lucía con los ojos llenos de rabia y tristeza.
El incendio arrasó con todo. La barra, las mesas, la cocina. Incluso viviendas del mismo edificio quedaron afectadas. Cuatro familias tuvieron que abandonar sus casas esa noche. Y lo peor: todo esto ocurrió a pesar de tener un sistema de extinción instalado y en regla.
El fuego se desató en la cocina, y aunque el bar contaba con extintores y revisión periódica, ninguno de los dispositivos actuó a tiempo. El sistema automático de la campana extractora no se activó, y el personal no logró sofocar el fuego.
—“Todo estaba en regla. Revisión cada dos meses, todo firmado, control de sanidad… Y aun así, nada funcionó”, lamenta Lucía.
Contaban también con un extintor ABC, el más común en locales comerciales por su versatilidad frente a fuegos sólidos, líquidos e incluso eléctricos. Pero el avance del fuego fue tan rápido que no hubo margen de reacción.
El bar, que abría todos los días desde 2023, era más que un negocio. Era parte de la vida de esta familia. Dentro había recuerdos de sus hijos, juguetes, una cuna recién comprada para la bebé, documentos, dinero en efectivo y mucha ilusión invertida.
—“Era nuestro lugar. Teníamos cosas de casa allí, recuerdos de la niña… y ahora no queda nada”, dice Lucía.
Mientras tanto, otros vecinos del barrio, al ver cómo un incendio puede propagarse tan rápido, ya han empezado a buscar información para comprar extintores ABC y reforzar la seguridad en sus hogares. La preocupación es evidente.
Borja Alonso y Alicia Pereira vivían justo encima del bar. Cuando vieron salir humo por los conductos, intentaron subir a casa para cerrar todo, pero no pudieron ni abrir la puerta: el hollín lo cubría todo. Poco después, la freidora estalló.
—“Salimos con lo puesto. Todo lo demás se ha echado a perder”, cuentan.
El hollín lo impregnó todo, las bajantes están derretidas y el suelo se ha levantado por la cantidad de agua. Como ellos, otras tres familias han tenido que pasar la noche fuera. No saben cuánto tiempo pasará hasta que puedan volver a sus casas.
—“Tengo un bebé de siete meses y un niño de seis años. No puedo meterles allí dentro. Estamos intentando salvar algo de ropa, pero muchas cosas son irrecuperables”.
Ahora todo está a la espera de la investigación policial. Hasta que no se determine con claridad qué ocurrió y qué falló, el seguro no actuará. Eso impide comenzar las reformas o tramitar ninguna ayuda.
—“Estamos en pausa. Cada día que pasa es dinero perdido. El verano es nuestra temporada fuerte y la estamos perdiendo”, se lamenta Lucía.
Este caso ha vuelto a poner sobre la mesa una cuestión que muchos pasan por alto: dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor. En bares, restaurantes, oficinas o incluso en comunidades de vecinos, hay normativas que exigen su presencia. Pero no basta con cumplir por cumplir.
Disponer de extintores adecuados y en perfecto estado puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Revisarlos no debería ser una formalidad, sino un hábito responsable.
Del desastre en el bar Alejandría se pueden extraer varias enseñanzas. Aquí van algunos consejos clave para evitar una catástrofe similar:
Freidoras, placas eléctricas, hornos... Nunca salgas de la cocina cuando estén encendidos. Una distracción de segundos puede provocar un desastre.
No todos los fuegos se apagan igual. Un extintor ABC sirve para materiales sólidos, líquidos inflamables y equipos eléctricos, por lo que resulta ideal para hogares y negocios.
No basta con que un técnico firme una hoja. Pide pruebas reales de que el sistema automático funciona. No des por hecho que está todo bien.
La grasa acumulada en la cocina es una bomba de relojería. La limpieza de estos equipos debe ser frecuente y exhaustiva.
Todos los trabajadores deberían saber actuar ante un incendio: cómo evacuar, cómo usar un extintor y cómo alertar a emergencias.
Instalaciones eléctricas, enchufes, alargadores y conexiones improvisadas deben ser revisadas periódicamente por profesionales.
Nunca es un gasto innecesario comprar extintores ABC de calidad y tener más de uno en sitios clave. La seguridad empieza por anticiparse.
Salidas despejadas, puertas sin bloqueo y señalización visible pueden salvar vidas.
Lucía y su familia esperan reconstruir el bar cuanto antes. Pero más allá de eso, su deseo es claro: que nadie más tenga que pasar por algo así.
—“Teníamos todo en regla, y aun así pasó. Ahora quiero seguridad real. Que si vuelve a pasar, el sistema actúe de verdad”.
Y para los que aún no han revisado sus medidas de seguridad, este puede ser el momento. Porque a veces basta un error mínimo para que lo pierdas todo.