Para poder solicitar el PLAN DE MEJORA DE LA BIBLIOTECAy poder acceder a la convocatoria de Cooperación Territorial: CENTROS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL se ha reunido hoy el consejo escolar aprobando por unanimidad los dos puntos a tratar
El plazo de presentación de solicitudes finaliza el 30 y 29 de noviembre respectivamente.
Sistema de extinción de incendios en campanas extractoras
Extintores co2 2 kg
Extintor 6 kg abc
Antes de gastar dinero en cualquier equipo, lo primero es tener claro qué necesitas. No es lo mismo una mesa para cortar verduras que una para cargar cajas de 50 kilos. La mesa acero inoxidable que elijas debe aguantar el peso que vas a ponerle encima sin doblarse ni tambalearse. Esto no solo es por seguridad, sino por durabilidad. Si forzás la estructura más allá de su límite, se te va a joder rápido. Por eso, siempre revisá la ficha técnica del producto y buscá el peso máximo soportado.
La forma y los refuerzos hacen toda la diferencia. Hay mesas con patas finitas y sin soporte cruzado que solo sirven para tareas livianas. En cambio, hay mesas acero inoxidable con refuerzos inferiores que aguantan hasta 500 kilos o más. También importa si tienen niveladores, ruedas o patas fijas. Todo suma o resta a la hora de cargar peso. Además, el grosor de la chapa también es clave: cuanto más gruesa, más fuerte. Si vas a usarla para producción pesada, no elijas algo básico por ahorrar unos pesos.
No, no todo acero inoxidable es igual. Existen varios tipos, pero los más usados en mesas son el AISI 304 y el AISI 430. El primero es más resistente a la corrosión y al uso intenso, ideal para cocinas industriales. El segundo es más barato, pero se raya y oxida más fácil. La mesa de acero inoxidable que compres tiene que estar hecha del material correcto para lo que hacés. Si es para laboratorio, cocina o pastelería, mejor ir por el AISI 304. No escatimes en esto porque se nota con el tiempo.
No compres a ciegas. Pensá bien si la vas a usar para picar alimentos, armar pedidos, apoyar maquinaria o cargar bultos. Cada uso necesita una estructura distinta. Las mesas de acero inoxidable para cocina, por ejemplo, deben tener superficie lisa, sin poros, fácil de limpiar. Pero si es para taller, conviene que tenga más refuerzos y quizá doble estante. La clave es no comprar por estética, sino por funcionalidad real. Eso te ahorra plata, dolores de cabeza y cambios innecesarios más adelante.
Los accesorios como estantes inferiores, salpicaderas o respaldos no son solo decoración. Aumentan la utilidad de la mesa. Por ejemplo, si tenés que apoyar cosas pesadas de forma constante, un estante inferior reforzado suma mucha capacidad. También los respaldos evitan que herramientas o ingredientes se caigan. Elegir una mesa acero inoxidable con estos detalles mejora la seguridad del espacio de trabajo y hace que todo sea más cómodo. Además, ayudan a organizar mejor y aprovechar cada centímetro del lugar.
Esto muchos lo ignoran, pero es clave: si la mesa va en una cocina industrial, debe cumplir ciertas normas sanitarias. Por ejemplo, que sea fácil de limpiar, que no tenga esquinas filosas, que no se oxide. Las mesas acero inoxidable deben tener certificados de calidad del acero, así como garantías del fabricante. No te dejes llevar solo por el precio. A veces lo barato sale carísimo, sobre todo si tenés que reemplazarla en seis meses porque se oxidó o se venció por el peso.
Siempre pedí información técnica antes de comprar. No te bases solo en una foto bonita del catálogo. Compará el grosor del acero, el tipo, la estructura y las soldaduras. Pedí también referencias de otros compradores, especialmente si es una inversión grande. Recordá que una buena mesa de acero inoxidable no solo mejora tu flujo de trabajo, también es una cuestión de higiene y seguridad. Pensá a largo plazo y comprá lo que realmente necesitás, no lo más barato o lo más rápido de conseguir.